Gente que anda por ahí
domingo, enero 30, 2005
como una mosca
Muchas veces soy como una mosca q se mueve, en búsqueda de algo, a golpes, sin encontrar camino ni sentido, en un movimiento aleatorio q seria imposible reproducir ni con el más complejo de los algoritmos. Estúpidamente golpeo el vidrio mirando a través de el, sin poder avanzar sabiendo q hay algo mas haya, aunque sea la misma mierda con distinto olor.
Entonces una noche de inspiración y de haber recorrido su piel me encuentro lo tan ansiado, algo q me erizo la piel de solo leerlo y sentir q era yo reflejado en esas palabras mientras el amanecer ya me agarraba por los tobillos.
Eh aquí mi descubrimiento
LA CIUDAD MUERTA DE MIEDO
Y la ciudad entera, creía que aquél hombre, de ojos faro y sonrisa salvavidas, ocultaba algo. Porque imposible que siempre brújula en los callejas sin nombre, que siempre brasero en las noches sin luna, que melodía, cuando todo ruido, que hasta enlazar los dedos a desconocidos. Inadmisible aquél tipo, ya digo, porque quién iría por ahí cediendo asientos, quién su tiempo a puñados, quién un poquito de alma en cada encuentro. Inconcebible. Un perturbado. Un tarado. Un actor, alguien peligroso. Por eso la ciudad se servía de cualquier adoquín mojado, escaparate o marquesina, para aclararle las dudas que no tenía. Que las horas extras no se pagan, que ni con besos ni con revolcones en la cama, que mejor como todos, que su tiempo, que su casa, que zapatero a sus zapatos. Lo que no sabía la ciudad entera era, que aquél hombre sólo quería querer sin más, pero como todos muertos de miedo, como aturdidos, como cegados, claro, al final, algo escondía aquél hombre, y era que tenía el alma destrozada.
La mosquita.
volando si red.
Simplemente excelente
Atte.
COSO AZUL
hasta en tu hora mas oscura estare ahi
Entonces una noche de inspiración y de haber recorrido su piel me encuentro lo tan ansiado, algo q me erizo la piel de solo leerlo y sentir q era yo reflejado en esas palabras mientras el amanecer ya me agarraba por los tobillos.
Eh aquí mi descubrimiento
LA CIUDAD MUERTA DE MIEDO
Y la ciudad entera, creía que aquél hombre, de ojos faro y sonrisa salvavidas, ocultaba algo. Porque imposible que siempre brújula en los callejas sin nombre, que siempre brasero en las noches sin luna, que melodía, cuando todo ruido, que hasta enlazar los dedos a desconocidos. Inadmisible aquél tipo, ya digo, porque quién iría por ahí cediendo asientos, quién su tiempo a puñados, quién un poquito de alma en cada encuentro. Inconcebible. Un perturbado. Un tarado. Un actor, alguien peligroso. Por eso la ciudad se servía de cualquier adoquín mojado, escaparate o marquesina, para aclararle las dudas que no tenía. Que las horas extras no se pagan, que ni con besos ni con revolcones en la cama, que mejor como todos, que su tiempo, que su casa, que zapatero a sus zapatos. Lo que no sabía la ciudad entera era, que aquél hombre sólo quería querer sin más, pero como todos muertos de miedo, como aturdidos, como cegados, claro, al final, algo escondía aquél hombre, y era que tenía el alma destrozada.
La mosquita.
volando si red.
Simplemente excelente
Atte.
COSO AZUL

hasta en tu hora mas oscura estare ahi
:: volando bajoEl Misterioso Hombre de Negro, 11:24 a. m.